Los distintas formas de nombrar a los churros

Los churros, algo tan nuestro de la gastronomía española, que se disfruta indistintamente de la hora del día que sea, cuenta con varios nombres dependiendo de la zona geográfica en donde te encuentres. A pesar de que su elaboración es prácticamente la misma, resulta curioso el conocer algunos de los nombres tan dispares que les han sido otorgados.

En Madrid por ejemplo, son características las porras. Aunque se trata de una especie de churro normal, resulta algo más grande en comparación a los tradicionales, de hecho, debe su nombre a esa forma tan característica que tiene, al ser más grande al normal. Por otro lado, también son conocidos como lazos. Si antes refería su nombre debido a su tamaño, en el caso del lazo, tiene que ver con su forma. Cuando pides un churro lazo, te van a ofrecer un churro que se cruza sobre sí mismo, en forma de lazo, aunque evidentemente, siga siendo el mismo producto, pero su forma es de otra manera.

Los churros en el sur

En Andalucía, los churros también cuentan con nombres bastante especiales y es que, en Córdoba, es habitual encontrarlos como Jeringos mientras que, si estás en Sevilla o Huelva, lo habitual es denominarlos Calentitos.

Como no podría ser de otra forma, en el resto del mundo también cuentan con nombres dispares y es que, en Francia, donde también son bastante tradicionales, se los conoce como Chichis.

Por último, el churro ha tenido una gran importancia a lo largo de la historia y es que, en la Tumba de Ramsés III, situada en el Valle de los Reyes, en un friso se encuentran referencias a la elaboración del pan y uno de los sujetos mostrados en la escena, guarda muchísimo parecido con la forma de trabajar que tiene un churrero, por lo que podría tratarse de los primeros churros de la humanidad.